miércoles, 13 de octubre de 2010

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Descubre sus presas con sus penetrantes ojos, que están provistos de párpados. Su oído es fino, está colocado detrás de la boca, y carece de pabellón. Su lengua es bífida y muy protráctil, desempeñando la función del tacto.

Sus mandíbulas poseen finos dientes soldados. El paladar también los posee y sirve para matar y triturar la presa. Esta es deglutida entera.

CULEBRA

En la culebra la alimentación está constituida por ratones, lagartijas, ranas, etc. No posee párpados, y sus ojos, inmóviles, están cubiertos por la piel que se pone trans­parente al pasar sobre ellos y recibe el nombre de. cápsula ocular. El sentido del tacto reside en la lengua, la que es delgada, bífida y protráctil a través de una muesca del labio superior, que la deja salir sin abrir la boca.

La mandíbula inferior está constituida por dos huesos, rectos y soldados en su parte delantera por un ligamento elástico. Debido a esto, la mitad derecha de la boca puede abrirse algo en tanto que la mitad izquierda permanece cerrada y viceversa. Además, los huesos de la mandíbula inferior no están rígidamente articulados con los demás huesos de la cabeza: puede separarse en caso de necesidad y aumentar hasta 5 veces el diámetro normal de la gar-9 ganta. Debido a esto, la culebra puede deglutir presas de diámetro mucho mayor que el suyo.

Sus dientes también son soldados, por lo cual, su principal función consiste en sujetar la presa.

Al cazar, procura echar los dientes al hocico de la presa, mientras la sujeta entre sus «anillos» para impedir sus movimientos. Mientras los dientes de un lado de la boca se cierran sobre la presa, la otra mitad se abre levemente y avanza hacia adelante, para volverse a cerrar, arrastrando poco a poco la presa hacia el interior.

Esta operación es posible por la producción de saliva, la dirección de los dientes, la dilatabilidad de la piel y la potencia de los músculos que actúan.

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