miércoles, 13 de octubre de 2010

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Fig. 70. Experiencia de Torricelli. Xo influyen la forma, el diámetro

ni la inclinación.

Si Ud. pudiese llenar una probeta, por ejemplo- de 12 m con agua la presión atmosférica' no la mantendría, sino que el agua descendería hasta alcanzar la altura de 10,36 m. Esta altura, 10,36 m de agua, equivale al peso de la at-' mósfera, al valor de la presión atmosférica. Pero esta columna tan larga sería ele muy difícil manejo. Utilizando un líquido más denso que el agua la columna que se obtendría sería más corta. Así, si se elige mercurio, que es 13,6 veces más denso que el agua, la columna de mercurio sostenida por la atmósfera será 13,6 veces más corta: 0,76 m.

Esto lo pensó y realizó Torricelli, experiencia que conocemos con el nombre de «experie?icia de Torricelli» (fig. 70).


Fig. 71. La presión atmosférica varía con la altura.

Torricelli llenó un largo tubo de vidrio con mercurio, cerró el extremo abierto con su dedo, lo invirtió e introdujo el extremo bajo la superficie de una cubeta con mercurio. Quitó el dedo y observó que la columna de mercurio bajó hasta que la superficie superior quedó a una altura de 76 centímetros sobre el nivel del mercurio de la cubeta, tal como él lo había pensado. Torricelli dedujo que la presión atmosférica era capaz de sostener una columna de mercurio de 76 cm.

Esta presión de 76 cm de mercurio es a nivel del mar, o sea que la presión atmosférica va disminuyendo, con la altura. Así, en la Puna de Atacama (4.000 m) hay 460 mm; en el Aconcagua (7.035 m) hay 315 mm; en el Everest (8.882 m) hav 234 mm de presión (fig. 71).

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