miércoles, 13 de octubre de 2010

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Fig. 83. Vuelo vibratorio del picaflor.

Otras emprenden el vuelo dando un salto inicial, como el gorrión; o tienen que correr unos cuantos pasos antes de echar a volar, como el buitre; la avutarda, de cuerpo pesado tiene que empezar por una carrera rápida y larga; en cambio una gaviota, que está nadando en el mar, se eleva fácilmente en cuanto da el primer aletazo. _ Las aves mejores voladoras presentarán, como adaptaciones al vuelo, más neumaticidad en sus huesos y una quilla esternal más desarrollada, además de una línea aerodinámica más acentuada.

Las corrientes de aire ascendente tienen dos causas principales: el choque de una corriente horizontal contra un obstáculo, que la hace reflejarse hacia arriba, y el calentamiento del aire en la superficie de la tierra. Este aire caliente se mueve hacia arriba y es reemplazado por aire frío proveniente de capas superiores de la atmósfera.

Ejemplos típicos de vuelos planeados en corrientes ascendentes causadas por choques de corrientes horizontales con obstáculos pueden observarse cuando las golondrinas planean a lo largo de los aleros expuestos al viento de un edificio; o cuando las gaviotas planean en los acantilados cuando el viento sopla hacia abajo; o cuando las águilas planean en las laderas expuestas al viento de las montañas.


En los climas cálidos, durante las mañanas, las columnas de aire caliente se elevan del suelo. Las aves planean en la espiral de dicha columna de aire y como su presión de descenso es menor que la presión de ascenso de la columna de aire, las aves ascienden constantemente en la espiral, ganando altura más y más (fig. 84).

Como es de esperar, esto es característico en aves de cuerpo liviano y largas alas. La velocidad y el hecho de no perder altura dependen de los factores peso y superficie del ala.

Los murciélagos,,cuando reposan, adoptan una posición muy especial: se agarran con sus agudas y corvas uñas de las extremidades posteriores a una rama, a una saliente de la pared o a cualquier otro sitio semejante, para quedar colgando con la cabeza hacia abajo; plegando sus patagio-nes, quedan envueltos como en una capa.

El murciélago boga en el aire con sus patagiones, silenciosamente, pero su vuelo es muy imperfecto comparado con el de las aves: cortado, vacilante y con un característico bamboleo.

Cuando abate los patagiones el murciélago es impulsado hacia arriba, como en las aves. Los músculos actúan como los de los brazos del hombre cuando nada a brazadas. El murciélago es incapaz de avanzar en línea recta y de realizar vuelos de planeo. Sin embargo, hay que recordar que la mayoría de los murciélagos, los insectívoros, deben capturar su alimento en el aire, imponiéndose sobre seres rápidos, ágiles y pequeños como los insectos.

Son expertos en el uso de los ecos. Al volar, emiten gritos ultrasónicos, inaudibles para nosotros, cuyas ondas chocan con los objetos o los obstáculos y sus ecos son captados por los oídos del animal, muy desarrollados en cuanto a esta capacidad (fig. 85).

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