miércoles, 13 de octubre de 2010

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Experiencia 39.—Coloque bajo una campana de vidrio una planta con bastantes hojas, y al lado, una cápsula de vidrio con agua de cal. Cubra la campana con una tela de color negro.

En el fondo de un frasco de boca ancha vierta unos 4 milímetros de agua de cal. Del corcho, que debe cerrar herméticamente, suspenda una malla de género en cuyo interior se encuentra una zanahoria, una papa y varias flores.

Durante la respiración de los vegetales también se produce calor, por supuesto. Pero prácticamente es difícil apreciar el desprendimiento de calor ya que se pierde principalmente por irradiación y se utiliza para evaporar el exceso de agua que la planta ha absorbido.

Tal como nosotros respiramos más intensamente cuando realizamos mayores esfuerzos, por ejemplo cuando corremos, las plantas respiran más intensamente en los órganos que tienen mayor actividad, como las flores y las semillas.

Experiencia 40.—En una planta de cala, coloque en cada inflorescencia un termómetro y vaya anotando los cambios de temperatura, a diversas horas del día.

Experiencia 41.—Coloque semillas secas de poroto dentro de un termo. Cierre el termo con un corcho horadado que porta un termómetro. El extremo inferior del termómetro se introducirá entre las semillas para estar en contacto con ellas. Controle el termómetro a diferentes horas.

Experiencia 42.—Coloque cierta cantidad de semillas de poroto en agua, durante varios días y sáquelas en cuanto empiecen a germinar. Póngalas en el interior del termo y proceda tal como en la experiencia anterior. Compare los resultados.

Puede repetirse la experiencia utilizando diversas especies de semillas.

Después de las experiencias realizadas, podemos aseverar que la respiración es un proceso común y general en todos los seres vivos, sean animales o vegetales.

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