miércoles, 13 de octubre de 2010

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prueba con un vaso que contenga agua con hielo o agua muy fría: el vapor de agua del aire circundante se condensa en las paredes frías del vaso y las empaña.

El oxígeno se encuentra en el aire atmosférico, dísuelto en el agua, infiltrándose en la tierra y constituyendo muchas sustancias. En el laboratorio podemos obtenerlo en forma pura, no acompañado de otros gases, calentando las sustancias que lo contengan y recibiéndolo en un tubo por desplazamiento del agua (fig. 90).

Ya dijimos que el oxígeno es indispensable para las combustiones. Si introducimos una vela encendida bajo una campana, arderá hasta que se consuma el oxígeno; esta misma combustión será mucho más viva si introducimos la misma vela en un frasco de vidrio que contenga oxígeno puro. Para tener una idea más clara de la acción del oxígeno puro hagamos la siguiente experiencia.

Experiencia 31.—Encienda una pajuela de escoba. Sóplela y cuando esté humeando, apagándose, con un punto en ignición solamente, introdúzcala en un frasco con oxígeno puro o en un tubo de ensayo en que se desprenda oxígeno por calentamiento de clorato de potasio: la pajuela vuelve a arder vivamente.

En resumen, en las combustiones se consume oxígeno y se produce anhídrido carbónico y vapor de agua; y en las oxidaciones o enmohecimiento de los metales se consume oxígeno y se forma una capa de óxido en la superficie del metal.

Para comprobar el consumo de oxígeno en la oxidación de un metal veamos la experiencia siguiente.

Experiencia 32.—En el fondo de una probeta húmeda y graduada coloque virutilla de fierro no oxidada. Invierta ' la probeta en una cubeta con agua. Después de tres días observe. ¿Qué ha sucedido con la virutilla? ¿Y el agua? ¿Por qué? Compare con la experiencia de la combustión de la vela.

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